Nuestros ecografías son capaces de realizar ecografía doppler y convencional.

La ecografía Doppler constituye un procedimiento no invasivo que evalúa el flujo sanguíneo en los vasos mediante la emisión de ondas sonoras de alta frecuencia que rebotan en los glóbulos rojos circulantes. A diferencia de la ecografía convencional, que utiliza ondas sonoras para crear imágenes, la ecografía Doppler permite visualizar el flujo sanguíneo.
Este tipo de ecografía se revela útil en el diagnóstico de diversas condiciones, como coágulos sanguíneos, mal funcionamiento de las válvulas venosas en las piernas (insuficiencia venosa), defectos en las válvulas cardíacas, enfermedades cardíacas congénitas, arterias bloqueadas (oclusión arterial), menor circulación sanguínea hacia las piernas (enfermedad arterial periférica), arterias ensanchadas (aneurismas) y estrechamiento de arterias, como la carótida en el cuello (estenosis de la arteria carótida).

La ecografía Doppler calcula la velocidad del flujo sanguíneo al medir cambios en su tono (frecuencia). Durante la prueba, un ecografista especializado utiliza un transductor, un pequeño dispositivo manual del tamaño aproximado de una barra de jabón, que se coloca sobre la piel de la zona bajo examen y se mueve según sea necesario. Este procedimiento puede ser una alternativa menos invasiva a otras técnicas, como la arteriografía, que implica la inyección de un tinte en los vasos sanguíneos para su visualización en radiografías. Además, la ecografía Doppler resulta valiosa para detectar lesiones en las arterias y para monitorear tratamientos específicos en venas y arterias.

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